1)
Breve reseña biográfica sobre Julio Cesar
Primeros años
César nació en Roma el 12/13 de julio
del año 100 a. C.;
no obstante, su fecha de nacimiento no ha sido establecida con claridad y pudo
haberse situado en algún punto entre los años 102 y 101 a. C.
Perteneció a una gens
patricia
—la Julia—
que, según la leyenda, se remontaba hasta Iulo,
hijo del príncipe troyano
Eneas y
nieto de la diosa Venus. Con los años, en el apogeo de su poder,
César iniciaría en Roma la construcción de un templo dedicado a su supuesta
antepasada, Venus Genetrix.
Su padre, llamado al igual que él Cayo Julio César, fue un político poco
influyente que llegó a la pretura.El
hecho de que los Julio Césares, pertenecientes al poderoso patriciado
republicano, no obtuvieran cargos importantes durante el periodo republicano se explica por su falta de
fortuna en comparación con la aristocracia
romana de la época; de hecho, César creció en uno de los barrios más pobres de
la ciudad, la Subura.
Único hijo varón del matrimonio de sus padres, su infancia
transcurrió en un ambiente esencialmente femenino, entre su madre y sus dos
hermanas. Al igual que a todos los jóvenes nobles y patricios de la época, se
le inculcó el temor a los dioses, el respeto a las leyes, las reglas de la
decencia, la modestia y la frugalidad.
Tras el estallido de la Guerra Social su tío Sexto fue elegido
cónsul,
dando así un poco de fama a la familia.
Cuando tenía diez años se vio confiado a las enseñanzas de Marco Antonio Grifón, de
origen galo y formado en la escuela de retóricos
alejandrinos
considerado uno de los hombres más versados en literatura
griega y romana
de su época. Aprendió a leer y a pensar con las obras de Homero, la Ilíada
y la Odisea;
primero con la traducción al latín de Livio Andrónico
y después con el texto original en griego.
Algunos autores contemporáneos vinieron a adherirse a esta base literaria, que
recibían de una manera más o menos uniforme los jóvenes romanos de su tiempo.
Asimismo, aprendió oratoria y a escribir poesía.
Ciertas fuentes clásicas
registran que César padecía crisis
epilépticas que podían producirse
en cualquier momento y hacerle perder el conocimiento.
En 84 a. c., a los 16 años, el popular Cinna lo
nombró flamen dialis,
cargo religioso, y lo casó con su hija Cornelia, con quién tuvo a su hija
Julia.
Años más tarde
Sila trató de atraerlo a su bando como había hecho con
varios de los seguidores de su enemigo; para probar su lealtad le ordenó
divorciarse de su esposa; el joven se negó. Enfurecido, Sila ordenó a una banda
de sicarios que
lo capturaran y asesinaran, anuló su nombramiento como flamen dialis y confiscó toda su fortuna.
Tras escapar de morir a manos de los
sicarios del dictador, fue perdonado gracias a la intercesión de los parientes
de su madre.
Su regreso y asenso
político.
Volvió a Roma a la muerte de Sila en 78 a. C.,
ejerciendo por un tiempo la abogacía.
En 73 a. C.
sucedió a su tío Cayo Aurelio Cota como pontífice,
y pronto entró en relación con los cónsules Pompeyo
y Craso,
quienes patrocinaran su propia carrera
política. En 70 a. C.
César sirvió como “juez” en la provincia de Hispania
y como edil curul
(organizador de juegos y controlador de comercio), en Roma. Durante el desempeño
de esa magistratura
ofreció unos espectáculos que fueron recordados durante mucho tiempo por el
pueblo.
En 59 a. C.
fue elegido cónsul gracias al apoyo de sus dos aliados políticos, Pompeyo y Craso, los hombres con los que César formó el
llamado Primer Triunvirato.
Tras su consulado fue designado procónsul
de las provincias de Galia Transalpina, Iliria y Galia Cisalpina,
esta última tras la muerte de su gobernador,
Céler. Su gobierno estuvo caracterizado
por una política muy agresiva en la que sometió a prácticamente la totalidad de
pueblos celtas
en varias campañas.Sus conquistas extendieron el dominio romano sobre los
territorios que hoy integran Francia, Bélgica, Holanda
y parte de Alemania.
Fue el primer general romano en penetrar en los inexplorados territorios de Britania
y Germania.
Mientras César terminaba de organizar la
estructura administrativa de la nueva provincia que había anexionado a la República, sus enemigos
políticos trataban en Roma de despojarle de su ejército y cargo utilizando el Senado,
en el que eran mayoría. Este y otros factores le impulsaron a desafiar las
órdenes senatoriales y protagonizar el famoso cruce del Rubicón,
donde al parecer pronunció la inmortal frase “la suerte está echada”, iniciando
así un conflicto conocido como la Segunda Guerra Civil de la
República de Roma, en el que se enfrentó a su viejo aliado,
Pompeyo.
Su victoria, basada en las derrotas que
infligió a los conservadores en Farsalia, Tapso y
Munda,
le hizo el amo de la
República. El hecho de que estuviera en guerra con la mitad
del mundo romano no evitó que se enfrentara a Farnaces II en Zela y a los enemigos de Cleopatra VII
en Alejandría.
A su regreso a Roma se hizo nombrar cónsul vitalicio, e inició una serie de reformas
económicas, urbanísticas y administrativas.
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A pesar de que bajo su gobierno la República experimentó un
breve periodo de gran prosperidad, algunos senadores vieron a César como un tirano que
ambicionaba restaurar la monarquía. Con el objetivo de eliminar la
amenaza que suponía el dictador, un grupo de senadores formado por algunos de
sus hombres de confianza como Bruto y
Casio y antiguos
lugartenientes como Trebonio y Décimo Bruto urdieron una conspiración con
el fin de eliminarlo. Dicho complot culminó cuando,, los conspiradores
asesinaron a César en el Senado.
Su muerte provocó el estallido de otra guerra civil, en la que los
partidarios del régimen de César, Antonio,
Octavio
y Lépido, derrotaron en la
doble Batalla de Filipos a sus asesinos,
liderados por Bruto y Casio. Al término del conflicto, Octavio, Antonio y
Lépido formaron el Segundo Triunvirato y se repartieron los
territorios de la República,
aunque, una vez apartado Lépido, finalmente volverían a enfrentarse en Accio,
donde Octavio, heredero de César, venció a Marco Antonio.
2) ¿En qué período histórico lo puede
ubicar?
Julio Cesar puso fin a
la república en Roma. Se ubica en la 2da. Etapa histórica de Roma, República
Imperialista. (S. VIII A.C. hasta S. I A.C.).
3) ¿Qué importancia tienen los griegos en la
educación romana?
Los romanos
conquistaron políticamente a Grecia pero esta los conquistó culturalmente. Por
ejemplo descubrieron que el conocimiento de la retórica incrementaba la
eficacia del político ambicioso. Por lo tanto rescataron el arte de la oratoria
y la capacidad para convencer que tanto habían desarrollado los sofistas.
Junto con la retórica y la formación literaria que le
servia de base, Roma fue descubriendo todos los aspectos de la cultura griega.
Es por ello que los más excelentes hombres de ciencia griega, se codeaban con
la más alta nobleza romana.
Si bien los romanos tenían una vida
campesina y sencilla comparada con la opulencia griega, adoptaron el griego
como idioma culto; de tal forma que el latín pasó a un segundo plano como
idioma de plebeyos y el griego se hablaba en la esfera de los nobles. Esta
valoración de algunos aspectos de la educación griega se observa en la película
de Julio Cesar, en la escena donde el protagonista, que descendía de los dioses
y pertenecía a la nobleza, le busca como pedagogo a su hija, nada menos que a
un sofista.
La música, el baile y la filosofía (que
implicaba más de 10 años de estudios específicos) tanto como la matemática, no
fueron valorados por la cultura romana. Esta era más pragmática, conservadora y
pudorosa. Tampoco se valoró excesivamente el deporte; solo se entrenaba el
cuerpo para la guerra.
Por lo tanto son la dialéctica, la retórica
y el idioma griego, entonces, los principales aportes de la cultura griega a la
romana.
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4) ¿Qué diferencias encuentras entre el papel de la
mujer griega y la romana?
La intervención de la
mujer en Atenas era prácticamente nula; mientras el hombre podía participar en
todo, política, filosofía, comercio, etc., la mujer estaba excluida de
cualquier asunto de la ciudad y su vida era su hogar y la participación en
algunas fiestas religiosas. Su rol era principalmente reproductor; es decir
proveer a la patria de nuevos ciudadanos, si eran varones y de buena educación
mejor.
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Por otro lado la mujer romana es considerada de otra
forma; tiene gran valor su aporte en la construcción de la familia, los niños
son educados principalmente por su madre, y esta tiene gran influencia en el
hombre durante toda su vida.
A diferencia de los griegos que tenían a sus mujeres
en las casas, y si tenían tiempo libre, no lo pasaban en familia, los romanos sintieron
un atractivo grande por la vida doméstica. La mujer aparece como compañera y cooperadora
del hombre romano, está a su lado en los banquetes, comparte con él la
autoridad sobre los hijos y criados y participa también de la dignidad que
tiene su marido en la vida pública.
Pero esta libertad no impide que sea austera y
reservada, incluso en el banquete, la mujer estaba sentada, no recostada, y no
bebía vino sino mulsum (vino con miel); en cualquier caso, está siempre en un
segundo plano y así no participa en la vida pública, en la política, en la
literatura, ni puede ser cabeza de familia e incluso los nombres de oficios de
la primera declinación son masculinos.
La educación femenina era prudentemente liberal. En
la época infantil niños y niñas se criaban juntos; las escuelas elementales
también eran mixtas. Terminados los estudios primarios, las chicas de buena
familia continuaban instruyéndose privadamente en el conocimiento de la
literatura latina y griega; al mismo tiempo aprendían a tocar la lira, a bailar
y a cantar. Esta educación intelectual no impedía que la mujer hiciese determinadas
labores: vigilaba y dirigía a las esclavas, atendía los trabajos más delicados,
bordaba, etc. Aparte de esto, la mujer no tenía derechos ni podía ser cabeza de
familia.
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5) Importancia del Senado y del hombre
político en Roma.
Antes de comenzar el
servicio militar, el joven romano (alrededor de los 17) debía completar en un
año el “aprendizaje de la vida pública”. En esta etapa se encarga de su
educación algún político, de edad avanzada, de experiencia y honores, amigo de
la familia. Al cabo de un año concluía la instrucción política y el joven debía
enlistarse para el ejercito, pero el aprendizaje político era una cosa
demasiado seria como para considerarlo concluido con tanta rapidez. El joven
noble continuaba siguiéndole los pasos a un hombre político de éxito, a su
propio padre o a su protector.
Era conveniente que un
futuro jefe aprendiese ante todo a obedecer, y para una futura carrera política
se veía bien haber recibido alguna herida gloriosa o haber realizado alguna
hazaña de novato. Pero desde luego, los jóvenes nobles no eran tratados como
simples conscriptos: tenían padrinos, tutores encargados de dirigirlos y
protegerlos. Por otra parte, muy pronto dejaban de ser meros soldados para
servir como oficiales de estado mayor, elegido por el pueblo o designados por
un general supremo. En ese momento el joven romano concluía su formación.
El senado fue una de las instituciones
del gobierno de la antigua Roma. Se originó como una institución
consultiva de la monarquía romana, formado exclusivamente por patricios
(un representante de cada gens), y adquirió mayores prerrogativas con la República, en que pasó a refrendar a
través de su auctoritas los actos de los cónsules,
extendiendo su competencia a los actos de otros magistrados y Comicios,
temas religiosos, conflictos entre magistrados, policía, crímenes con pena
capital cuando esta era conmutada, cuestiones militares y financieras y
tratados internacionales.
El senado fue
creado por Rómulo
y sobrevivió a los tres períodos de Roma, pero en el Imperio su poder era casi nulo
El
senado bajo el gobierno de los reyes, el Senado y la Asamblea de la Curia tenían en verdad poco
poder y autoridad. No eran instituciones independientes, en el sentido de que
sólo podían reunirse, y de forma conjunta, por orden del rey, y sólo podían
discutir los asuntos de estado que el rey había expuesto previamente. Mientras
que la Asamblea
curiada tenía al menos el poder de aprobar leyes cuando el rey así lo concedía,
el Senado era tan sólo un consejo de honor del rey. Podía aconsejar al rey
sobre sus actos, pero no imponerle sus opiniones. La única ocasión en que el
rey debía contar expresamente con la aprobación del Senado era en caso de
declarar la guerra a una nación extranjera.
Las
insignias y honores de los reyes de Roma consistían en 12 lictores
portando las fasces
que contenían hachas,
el derecho a sentarse sobre la silla curul,
la púrpura
Toga Picta, calzado rojo, y diadema
plateada sobre la cabeza. De todos estos distintivos, el más destacado era la
toga púrpura.
En
este período Roma
fue gobernada por una serie de magistrados elegidos por el senado. Los
magistrados eran los siguientes: Dictador, Censor,
Cónsul, Pretor, Cuestor y Edil Curul.
Dictador
La
dictadura
era en la Antigua Roma el gobierno extraordinario que
confería a una persona, el dictador, una autoridad suprema en los momentos
difíciles, especialmente en los casos de guerra; la dictadura nació, al parecer
a propuesta de Tito Larcio, quien fue además el primero en
ejercer el cargo. El dictador era nombrado por uno de los cónsules en virtud de una
orden del Senado que tenía la potestad de determinar cuándo era necesario el
nombramiento y quién debía ocupar el cargo. En un principio, sólo los patricios
podían ser nombrados dictadores, pero en el año 356 a. C. se les
reconoció ese mismo derecho a los plebeyos.
Censor
Las
funciones del censor estaban inicialmente confiadas al cónsul, que podía
delegarlas. Se ejercían cada cinco años y al terminar se realizaba un ritual de
purificación con varios sacrificios llamado Lustro. Después, se crearon
los dos censores, elegidos cada cinco años de entre los senadores que habían
desempeñado el consulado, constituyendo esta magistratura la culminación de su
carrera o cursus honorum. Sus competencias consistían en revisar la
lista de ciudadanos, la del Senado, y decidir que obras públicas iban a ser costeadas por
la República
en los siguientes cinco años. Sus tareas se realizaban durante 18 meses, y
terminaban con la realización de la ceremonia lustral ya reseñada, cesando
inmediatamente después en el cargo.
Cónsul
Llevó
el nombre de consulado la magistratura romana formada que sustituyó a la
monarquía al frente del Estado. Cada año se elegían dos cónsules.
Progresivamente
van perdiendo atribuciones: primero algunas facultades judiciales civiles y
criminales (delegadas en Cuestores o Decenviros nombrados en cada caso);
después sus decisiones debieron ser refrendadas por el Senado; después perdió
la administración del Tesoro (en favor de los Cuestores) y la de los archivos
públicos; después perdió el control de las arcas del ejército (en favor de los
Cuestores Militares); más tarde perdió sus funciones de censor (en favor de los
Censores) y de nombrar las vacantes del Senado (también atribuidas a los
Censores); después perdió la facultad de nombrar Cuestores (que pasó a los
comicios tribunados); luego perdió otras atribuciones judiciales (en favor del
Pretor); después las competencias sobre fiestas, policía y mercados (en favor
de los Ediles Curules), y también la facultad de nombrar dictador (que pasó al
Senado). Al final solo conservaba algunas funciones menores, el poder ejecutivo
de las leyes y el mando del Ejército.
Pretor
Eran
los encargados de presidir los tribunales, durante un año, aunque finalizado
este tiempo podían convertirse en propretores y gobernar otro año sobre unos
territorios determinados. Eran ocho, y podían considerarse los ayudantes de los
cónsules.
El
cónsul perdió las funciones judiciales civiles en favor de un magistrado curul
designado como Pretor, por plazo de un año, quien poseía el imperium y figuraba
entre los magistrados de mayor jerarquía. Su nombramiento recayó en los
Comicios Centuriados y con el mismo ceremonial religioso que se usaba para la
elección del cónsul. La insignia de su
cargo era la toga pretexta. Al Pretor correspondían además
las funciones consulares cuando los cónsules estaban ausentes.
El
Pretor era patricio hasta el 337 a. C.
en que pudieron acceder a la pretura los plebeyos. Progresivamente los plebeyos
ostentaron la magistratura en la mayoría de las ocasiones.
El
pretor de Roma
dividió sus funciones a partir del 246 a. C.: el Praetor Urbanus se
ocupó de las cuestiones de los ciudadanos; y el Praetor Peregrinus de las
cuestiones suscitadas entre ciudadanos romanos y no ciudadanos. La división de
funciones fue necesaria por el incremento de las causas.
Cuestor
Los
primeros cuestores fueron jueces encargados de los casos de asesinato y de
insurrección o alta traición. Con el tiempo su denominación más común fue
Decumviri Perduillionis et parricidii. Eran nombrados para cada caso y no
constituían una magistratura permanente.
A
fines del Siglo III a. C. los Decumviri o Cuestores perdieron sus
atribuciones judiciales que pasaron a los Triunviri nocturni.
Simultáneamente
a estos Cuestores judiciales existieron los Cuestores administrativos, en los
cuales delegaba el rey la administración de los fondos públicos. Con la república
sus funciones pasaron a los cónsules que las delegaron en dos cuestores civiles
(para el Tesoro público) y dos cuestores militares (para las arcas del
Ejército). Más tarde su nombramiento paso a los Comicios Tribunados.
Edil curul
Los
ediles curules surgieron durante la República Romana, inicialmente para organizar
algunas celebraciones. Eran designados por los Comicios Tribunados.
Inicialmente
ejercieron la magistratura alternativamente patricios y plebeyos; después la
designación fue independiente de la clase; el 541 ab urbe condita se volvió a
su designación alternativa (patricios en los años impares y plebeyos en los
años pares).
Más
tarde asumieron funciones policiales, sanitarias, morales, abastecimientos,
mercados, precios, calidad, y organización de juegos.
Además
existía una magistratura especial reservada exclusivamente a los plebeyos,
que no formaba parte del cursus
honorum: el tribuno de la plebe, junto con el cargo
asociado de Edil plebeyo.
Las magistraturas
funcionaban siguiendo tres principios:
- La colegiatura
- La anualidad
- La jerarquía o cursus honorum
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